En nuestro país, el proceso de formación docente comienza a mediados del siglo XIX, consolidándose entre sus últimas décadas y las primeras del siglo XX. El Estado desempeñó un papel protagónico en este proceso, en la medida en que fue responsable de crear las instituciones, definir el tipo de preparación y regular las formas de acceso a la docencia. Para el normalismo, el maestro se define como un educador moral de las masas, “un convertidor en tanto artífice de los cambios esperados… un apóstol…“ejemplo” de conducta y hasta de vida…
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