Uno de los que primeros futbolistas entrerrianos en pasar a la historia fue Alberto Máximo Zozaya, el goleador del primer campeonato de la era profesional del fútbol argentino y el que inauguró las redes por primera vez en 1931. Ambos hitos los consiguió vistiendo la camiseta de Estudiantes de La Plata.
Nació el 13 de abril de 1908 en Urdinarrain, departamento de Gualeguaychú. Integrante de una familia de nueve hermanos, el apodado “Don Padilla” comenzó a jugar al fútbol a los 11 años en la 4º división del club Juventud Unida, donde fue varias veces campeón. El apodo de Zozaya surgió en ocasión de los festejos del centenario en 1910. Con la visita de la Infanta Isabel de España, se disputó un campeonato de doma de potros que ganó un famoso jinete llamado Magín Padilla. De chico, vivía en el campo y a los 7 años los hermanos lo montaban en terneros para probar su destreza. Como nunca se caía, festejando su habilidad, lo alentaban gritándole “¡Padilla, viejo nomás!” comparándolo con el renombrado jinete.
A los 14 años ingresó directamente en la primera de Central Entrerriano, al mismo tiempo que estudiaba con el objetivo de recibirse de escribano y más tarde de abogado.
En 1929, durante una gira por Gualeguaychú, Estudiantes de La Plata enfrentó a Central Entrerriano. El partido terminó 5 a 2 para la visita, pero Zozaya hizo los dos goles del local y allí cambió su destino. Se incorporó al equipo platense y nunca más dejó de jugar en Primera División. No obstante, puso una condición para jugar: poder terminar sus estudios de abogacía.
A un año de su llegada se consagró subcampeón en el último torneo amateur de Primera en 1930. Pero su nombre quedó grabado a fuego en la historia del fútbol por lo realizado en la temporada siguiente, en 1931.
El 31 de mayo de ese año, Alberto Zozaya abrió la cuenta para Estudiantes ante Talleres de Remedios de Escalada y, de esa forma, fue el primero en marcar un gol en la era profesional del fútbol nacional. Además, finalizó el torneo como máximo goleador.
Aunque su equipo convirtió 104 goles, siendo el más efectivo del certamen, no le alcanzó y finalizó tercero detrás de San Lorenzo y Boca, el campeón.
Zozaya es recordado por formar parte de la famosa línea de ataque de “Los Profesores” junto a Alejandro Scopelli, Miguel Ángel Lauri, Manuel Ferreira y Enrique Guaita. El entrerriano jugó en Estudiantes hasta 1939, con un total de 181 partidos y 144 goles, lo que lo ubica como uno de los máximos goleadores de la historia del club.
Sus destacadas actuaciones en Estudiantes le permitieron integrar el plantel de la Selección Argentina en nueve partidos internacionales, entre 1933 y 1937, donde convirtió ocho goles. Su máximo logro fue ser campeón de la Copa América en 1937. De hecho, su marca de cinco goles en tres partidos consecutivos es una de las más efectivas de la historia del seleccionado.
En 1940 dejó el club en el que era ídolo para probar suerte en Bella Vista de Montevideo. Sin embargo, ese año sufrió una grave lesión muscular que lo impulsó a retirarse. Antes, Zozaya intentó volver al fútbol argentino en Racing Club, pero nunca volvió a jugar en plenitud y al poco tiempo “colgó los botines”.
Retirado de la práctica profesional, fue entrenador de Estudiantes en la segunda mitad de la década de 1940, desde 1945 hasta 1949. Se consagró campeón de la Copa de la República 1945 y realizó una destacada actuación en el Campeonato de 1948, una de las tres mejores campañas de Estudiantes hasta el título del Metropolitano 1967. Luego dirigió a Platense, Gimnasia de La Plata, Lanús, Defensores de Cambaceres y Benfica de Portugal en la temporada 1952-1953. Una vez alejado del fútbol, Zozaya volvió a La Plata donde falleció el 17 de febrero de 1981.