Repararon el antiguo reloj que se instaló en el edificio en 1910. La puesta en marcha de esta reliquia forma parte de la revalorización del patrimonio cultural municipal.
El intendente Mauricio Davico recibió hace un tiempo la inquietud de Jorge Chávez, empleado de la subsecretaría de Cultura quién, en consonancia con el responsable del área, Luis Castillo, proponían poner en funcionamiento el antiguo reloj del edificio municipal, el que por décadas estuvo abandonado.
Inmediatamente, y teniendo en cuenta la trascendencia de poner en valor el patrimonio local, Davico dio instrucciones para que, sin demora, se organizara la reparación y puesta en valor del viejo reloj.
El 24 de septiembre de 1909, a través de una ordenanza, se autorizó la contribución para la adquisición de dos relojes: uno para la Municipalidad y otro para la Iglesia Parroquial (actual Catedral San José). El aporte sumaba 1.500 pesos moneda nacional.
Luego del Tedeum del 9 de julio de 1910, el Doctor Emilio Marchini, presidente de la Comisión Pro Reloj, hizo entrega a la Municipalidad del espléndido artefacto fabricado en Francia por la casa Prost Freres, de la que era representante en Argentina, Francisco Mairotti.
Como dato curioso es bueno destacar que en Europa existen relojes similares en varias ciudades. Se destaca también, en Colombia, en la famosa Torre del Reloj de Cartagena de Indias, hay uno de idénticas características. Se estima que su mecanismo funciona igual, se le da cuerdas por 15 minutos y dura en funcionamiento más de 50 horas, según datos proporcionados por Patricio Álvarez Daneri, creador de Gualepedia.
Jorge Chávez trabaja en Cultura y hoy está comprometido con la restauración del reloj. Contó que “Darío Lizzi, un amigo mío, me dijo hace un mes: – ¿Sabías que hay un reloj en la Municipalidad? Él, que es tornero y le encanta todo sobre engranajes, hace 20 años vino con esa propuesta y no le dieron bolilla. Se supone que desde, aproximadamente, 1970 el reloj no funciona”. Chávez llevó la propuesta al subsecretario de Cultura, Deportes y Juventud, Luis Castillo quien, sin dudar, transmitió la inquietud al Intendente. “Davico, inmediatamente, dijo: “¡Dale, hagámoslo!”, relató el empleado de Cultura, y así fue como se puso en marcha la restauración del antiguo reloj.
Para destacar, el relojero Miguel Ángel Lanterna, se sumó a la altruista misión y realizó de manera gratuita la reparación de la delicada maquinaria. En total, entre piezas y puesta en valor, se invirtieron apenas 400 mil pesos.
Sólo resta limpiar las telarañas que abundan en la sala que alberga al viejo reloj, pintar su cuadrante y ponerlo en marcha.
Para la puesta en marcha del reloj hay muchas voluntades comprometidas, trabajadores y vecinos interesados en resguardar el patrimonio legado por los hacedores de nuestra ciudad. Por lo que debemos agradecer especialmente a Jorge Chávez, que trajo la inquietud de Darío Lizzi, quien esta vez fue escuchado; a la museóloga Natalia Derudi, encargada de la Casa de Haedo, por bucear en la historia del reloj; a Patricio Daneri, por sus valiosos datos plasmados en Gualepedia; a Miguel Ángel Lantera, por devolverle la vida a la delicada maquinaria de manera gratuita; a Pilar Piana, Conservadora y Restauradora de Bienes Culturales, por guiar la tarea con su invalorable aporte: asesoró sobre las primeras medidas, registró con fotografías todo el proceso; trabajó con calas estratigráficas, un estudio de las posibles capas superpuestas de pintura, hasta llegar al color original, con el cual volverá a pintarse; y a tantos otros que brindaron su apoyo incondicional.
El intendente Davico adelantó que el próximo martes 9 de julio, Día de la Independencia, y en la misma fecha que la Municipalidad recibió el reloj en 1910, a las 12 del mediodía, las campanas que se silenciaron hace unos cincuenta años, volverán a sonar.
En el año 1888 se escrituró el terreno de la Municipalidad de calle Yrigoyen Nº 75, durante la presidencia municipal de Antonio Daneri.
El 12 de Julio del año 1907, por Ordenanza del Honorable Concejo Deliberante se autorizó la construcción del edificio, para la actual Casa Municipal, sobre un proyecto del Jefe de Obras Públicas, Arquitecto José Bottani.
Al Constructor Pedro Delfino se le adjudicó la obra por la suma de $80.000.
El edificio se habilitó definitivamente el 9 de mayo de 1909. Fue el primer día hábil de funcionamiento de sus oficinas.