«El 55 en La Histórica», así se titula el nuevo libro del profesor Jorge Villanova, quien puso el foco de la llamada «Revolución Libertadora» en Entre Ríos. Sentimientos, miedos, angustias, esperanzas de quienes fueron partícipes de aquellos días de violencia e intolerancia, con testimonios e imágenes hasta ahora inéditas.
¿Qué te motivó a escribir este libro?
Ayer me preguntaban por qué siempre me circunscribo a historias sobre Concepción y sus alrededores, y es bastante real eso, al menos en lo que he publicado hasta ahora. Este libro también tiene esa impronta localista, para mí siempre necesaria, como me pasó con el libro de Ramírez, el del Rock en Uruguay, o el de Fernández y Brizuela, los profesores expulsados del Colegio; pero también creo que desde nuestro propio lugar comenzamos a describir un marco más amplio, en este caso provincial, hay algo de aquella frase de Tolstoi, “Pinta tu aldea y serás universal”. La motivación surge a partir de mi desconocimiento y el interés de saber lo que sucedió en un momento preciso, en este caso con el final del peronismo y el inicio de la Libertadora. Hay mucho escrito sobre esto a nivel nacional: el 45, el peronismo, la caída, la Revolución, pero -hasta donde yo conozco, supongo que existen- no hay libros recientes en Entre Ríos sobre esta historia, hago la excepción de «Los conjurados», del paranaense Martín Gerlo, enorme investigación sobre el levantamiento de Valle en el 56, y el de Marcos Henchoz sobre el origen del peronismo en la provincia.
En Uruguay no encontré nada, algunas memorias y artículos periodísticos, pero nada más. Bueno, creo que este libro es una reacción a esa falta de información que yo sentí. Si no existe, hagámosla.
Sin ánimo de «spoilear», ¿Qué rol tuvo Concepción del Uruguay en el 55? ¿Y el resto de Entre Ríos?
Entre Ríos era una provincia que no escapaba del esquema nacional, las acciones y políticas nacionales que se aplicaron hasta septiembre de 1955 por el peronismo, se replicaban casi automáticamente en la ciudad y en la provincia, pensemos por ejemplo en la reforma constitucional del ’49 o la ley de enseñanza religiosa aplicadas en la Nación, se replicaban casi al instante en la provincia. En el ’55 se ve con las Jornadas Doctrinarias o el embate contra la Iglesia. Del otro lado pasa lo mismo, en la provincia la Iglesia se transforma en el elemento político aglutinador -como sucede en el país- contra el gobierno peronista.
¿Cómo ves a Concepción del Uruguay en la actualidad respecto de la grieta entre peronismo y antiperonismo?
Son otros tiempos, otros actores, otra sociedad, pero en definitiva la antinomia que vemos es siempre un reflejo de la disputa de poder, en 1820, 1955 o 2024. Las diferencias existen y son inevitables, y en algún punto necesarias cuando se transforman en propuestas superadoras, no siempre pasa. En 1820 todo se resolvía por medio de las lanzas, en 1955 hubo bombardeos y fusilamientos para dirimir la disputa, hoy no es posible eso, al menos desde 1983 aspiramos a una convivencia pacífica. De todas maneras en estos momentos el descreimiento en la política lleva a una desvalorización de la democracia, que creíamos un valor eterno. Esto es lo peligroso. Yo espero que esa grieta peronista-antiperonista se mantenga dentro de los parámetros democráticos, gente valiosa existe en todos los espacios políticos, irracionales también. De todas maneras hasta ahora nuestra sociedad se maneja dentro de la tolerancia. Un ejemplo de ello fueron las recientes marchas por la Universidad donde no existen los controles policiales porque no se produce ningún tipo de incidentes violentos en las calles concepcioneras.
Contame de la investigación, cuánto tiempo llevó, de dónde obtuviste información, ¿hubo algo que te haya llamado particularmente la atención, algo que descubriste investigando?
Esto lo inicié en 2022 cuando se habilitó la consulta del archivo del diario La Calle en la hemeroteca de la Casa Museo Delio Panizza, una de las joyas de esta ciudad. Un diario no te da toda la información pero te ordena, sobre todo cuando desconoces mucho sobre el tema. A eso hubo que sumarle los pocos testimonios aislados que se encontraban en otros archivos. A partir de esos nombres fue buscar a los protagonistas, algunos ya no están pero sus hijos tenían muy presente aquellos momentos vividos por sus padres o por ellos mismos siendo chicos o adolescentes, es decir, buscaba que transmitan el clima de época y sus percepciones de aquel momento. Creo que se nota en el libro, en esas entrevistas quienes son las personas que transmiten eso, quienes tienen los recuerdos muy en carne propia, los que sufrieron la situación política del momento, y esto se da en los dos lados que se disputaban el poder. Si me preguntas qué descubrí, diría que desconocía casi todo así que fue todo positivo. Hay apellidos que setenta años después siguen vigentes, y también creo que se nota que el comportamiento político de los opositores y oficialistas ocasionales, no son tan diferentes hoy en día. Relaciones, contactos, amistades siempre existieron y existen.
¿En qué tipo de público pensabas mientras investigabas y escribías, a quiénes está dirigido?
Eso es todo un tema, en principio la investigación fue para mí, para conocer, para entender, pero cuando vi que esto se transformaba en libro fue inevitable pensar en quien podía llegar a leerlo, pero hay que abstraerse de eso y ser lo más ecuánime posible. Hubo un par de entrevistados, personas muy mayores, que mostraron mucha ansiedad, mucha necesidad de hablar y contar sus vivencias, en ellos pensé mucho tiempo, porque quería que les llegue a tiempo, cosa que no pasó lamentablemente, de todas maneras quedaron sus impresiones y sentimientos volcados en estas hojas.
¿Quiénes te acompañaron en el proceso?
Un libro no lo hace una sola persona. Hay momentos de dudas y de replanteos, entonces hay que agradecer a quienes estuvieron. El primer borrador lo leyó Andrea Lemos, una amiga que no vive en el país, desconocía el tema y mucho menos la historia entrerriana reciente, pero me dijo que a pesar de todo eso el libro le parecía coherente y con una historia que merecía ser conocida, y esa mirada de alguien ajena al tema es importante. Maricel Claret fue la que dio la visión desde el otro lado, alguien que sabe de lo que se habla, inclusive por su historia familiar vinculada a los hechos políticos de la provincia. Américo Schvartzman se puso la tarea al hombro de asesorar, corregir, editar y marcar falencias donde hubo que revisar y reinterpretar. A Facundo Dropci le debo las fotos de tapas y otras más, y por supuesto hubo gente que alentó y sumó datos y permitió contactar a los protagonistas.
Sobre el autor
Jorge Gaspar Villanova nació en 1970 en Concepción del Uruguay. Estudió en la Escuela rural N° 20 “Remedios Escalada de San Martín” y en el Colegio del Uruguay “Justo José de Urquiza”. Es profesor de Historia y Formación Cívica, egresado del Instituto Nacional de Enseñanza Superior “Victoria Ocampo”.
Ha colaborado en el semanario El Miércoles de Concepción del Uruguay, donde publicó innumerables notas acerca de temas históricos, políticos, regionales, históricos y culturales, como también en otros medios locales y provinciales.
Participó con cuentos y relatos históricos regionales en la antología “Puño y Letra de Gente Nuestra” editada por la Municipalidad de Caseros (2011). Estuvo a cargo de la publicación “50 años del Club Social y Deportivo Agrario Rocamora” (2011) Es Autor de “Fernández y Brizuela. Socialistas y artiguistas” (Tinta China, 2013) y de “El Partido Socialista en la primera década del siglo XX en Concepción del Uruguay” (Biblioteca Alfredo Bravo, 2018).
En 2018 publicó “Una de rockeros. Lado A. Breve historia de cómo se construyó el rock uruguayense” (Editorial El Miércoles), el cual formó parte de la muestra federal «Rock provincial, la efervescencia interior» en la Manzana de las Luces y en distintos puntos del país. Es coautor de “Francisco Ramírez: El Supremo ¿Héroe o traidor? (El Miércoles 2021) y de los dos tomos de “Historias (casi) desconocidas de Concepción del Uruguay” (El Miércoles 2019). En 2008 colaboró con las Jornadas “25 años de Democracia” organizada por las Universidades de Entre Ríos y Concepción del Uruguay con una muestra de afiches, fotografías y documentos de la época, pertenecientes a su archivo personal.
Integra el Consejo Directivo de la Cooperativa de Servicios Públicos ‘Ruta J’ Ltda. y es miembro de la agrupación latinoamericanista Junta Abya Yala por los Pueblos Libres.
Fue socio fundador y presidió la Biblioteca ‘Alfredo Bravo’, de Concepción del Uruguay.
Está radicado en Colonia Caseros, donde se dedica a la actividad avícola.
Es padre de Martina y socio de Gimnasia, el Lobo entrerriano.
Sobre el libro, según su autor
Este libro es una fotografía de lo sucedido en el año 1955 en Concepción del Uruguay, no es una película que se extiende durante un cierto tiempo, 120 minutos o diez años, como quieran verlo, es una fotografía. Es la foto del Golpe de Estado del año 1955, allí nos paramos, enfocamos y apretamos el obturador. Para sacar una foto hay un tiempo previo, donde se la piensa, se prepara el set o se ubica la locación natural, se elige el paisaje, las personas que estarán o no en ella. Y en el después surge el revelado, las consecuencias, los comentarios posteriores, pero todo se debe a esa foto. Y aunque sepamos que la foto es apenas un instante, dice mucho. Y es eso lo que queremos, una fotografía para contemplar, analizar, que surjan opiniones que sean críticas.
Una década no dice mucho en la historia de un país, salvo en Argentina que por su juventud, cada diez años pueden implicar cambios trascendentes. Desde la emancipación nuestro tiempo histórico se ha medido en décadas. En la primera, la del nacimiento como país, la que va de 1810 a 1820 sucedió de todo a una velocidad increíble. Hubo un Cabildo Abierto, dos Juntas de Gobierno, una Junta Grande, una Asamblea y varios Directores Supremos. Se declaró la Independencia, alguien cantó el himno, se perdió la provincia del Paraguay, hubo una Liga de Pueblos Libres y hasta llegó un coronel desde España. Surgieron los nombres políticos que hoy son nomenclatura en todas las ciudades del país, Saavedra, Posadas, Moreno, Belgrano, San Martín, Pueyrredón, Rondeau, Sarratea, también fechas y batallas. Nació la antinomia entre Buenos Aires y las provincias interiores, entre unitarios y federales, entre el puerto y las economías de tierra adentro que nunca termina de cerrar. Y podríamos nombrar cien datos más.
En el siglo XX tuvimos una década infame durante trece años hasta que un golpe de estado, -el segundo desde que el voto fue libre y secreto, y vaya paradoja, en esa década no fue ni libre ni secreto-, dio origen a la década de transformación social más importante del siglo, la etapa del peronismo, que culminará en 1955. El año de nuestra fotografía.
Claro que es de Perogrullo decir que no se comprendería el año 1955, si no conociéramos todo lo transcurrido desde el nacimiento mismo del peronismo, en octubre de 1945, a pesar de ello la intención es referenciarnos apenas en los hechos nacionales, solamente cuando juzgamos que no es posible dejarlos de lado para enmarcar el tiempo que limitamos este trabajo. La bibliografía nacional sobre todo este período es rica, profusa y resurge constantemente. Apenas nos apoyamos en ella para encuadrar los sucesos locales en relación con los hechos nacionales.
También está claro que los acontecimientos de ese año repercutieron largamente en los venideros, de una manera trascendental para el país y por supuesto en la vida cotidiana de los argentinos y las argentinas, que tuvieron la suerte de vivir en los años posteriores al golpe de estado que derrocó al gobierno peronista. Es 1955, uno de esos años trascendentes en nuestra historia, como lo fueron 1930 o 1976. Años que marcaron un antes y un, según nuestra observación.
Tener en Concepción del Uruguay la posibilidad de contar con la hemeroteca pública del Museo “Casa Delio Panizza” y poder acceder a la colección completa del diario La Calle, nos posibilitó encontrarnos con el día a día de ese año 1955, con la información de los acontecimientos que se vivían en el país, pero sobre todo -para nuestro interés- la posibilidad de reconocer la vida cotidiana de la comunidad uruguayense setenta años atrás. Hechos como el enfrentamiento del gobierno con la Iglesia, los bombardeos en Plaza de Mayo en el mes de junio, y la caída del gobierno democrático del General Perón en el mes de septiembre, tuvieron su correlato en nuestra ciudad y en nuestra región.
Lo que nació como una simple nota periodística fue alimentándose con testimonios personales de protagonistas directos, que atesoraron esos recuerdos o se los transfirieron a sus familiares, también con algunas citas encontradas en libros, muy escasas por cierto, y periódicos ya desaparecidos. Apenas un puñado de historiadores locales abordó el tema y en algunos casos fueron escritores enamorados de la ciudad quienes cuidaron de aquella memoria, personal y colectiva.
Este libro se escribió por ellos, por los que aún siguen sintiendo en su interior aquellas vivencias, para los que quisieron hablar y para los que eligieron no hacerlo, para los que recordaron y para quienes prefirieron olvidar, para los que aun tienen dolor o miedo de volver a aquella fotografía.
Para los que fueron protagonistas de esos días y para los que escuchamos sus historias desde chicos.
Sabina Melchiori