Comenzó la restauración del histórico buzón del centro de la ciudad

La encargada de llevar a cabo este trabajo es la Licenciada en conservación y restauración de bienes culturales María del Pilar Piana. Para llevar adelante una tarea de estas características, se requiere de una metodología que incluya el estudio, diagnóstico y documentación de estos procesos. Esto es, la identificación de materiales, técnicas, los deterioros que presenta y sus causas, y el registro del antes, durante y después de la intervención, no solo como material de difusión a la comunidad, sino también como parte de su documentación técnica e histórica. Esto se complementa con la investigación de su contexto histórico, vinculado directamente a la comunidad, la cual le otorga valores y lo reconoce como parte de su historia e identidad. De esta manera, el bien cultural deja de ser un objeto más y comienza a ser considerado como parte de su patrimonio, por eso la importancia de su preservación.

La historia detrás del símbolo rojo

 El Servicio de Correos de Gualeguaychú data del año 1801, es decir, desde hace 223 años. La primera ubicación del Correo fue en la esquina sudoeste de Urquiza y Centroamérica (hoy calle Churruarín). Paralelamente, se habían instalado en distintos puntos de la ciudad, buzones cuadrados y amurados para facilitarle el trámite a los ciudadanos.

Fue recién en 1894 que se decidió, a nivel nacional, fabricar buzones pilares, llamados así por su forma. La empresa Basch hermanos y Cía construyó en total 344, de los cuales llegaron seis a Gualeguaychú. Después, con el tiempo, se colocaron más de 20 buzones en distintos puntos de la ciudad. Uno de los primeros en instalarse, en 1897, durante la intendencia de Pascual Méndez Casariego, es el mítico buzón que aún permanece como testigo del tiempo y el crecimiento de la ciudad, en la esquina sudoeste de 25 de Mayo y Rocamora. 

Desde la oficina de Correos y Telégrafos, el 9 de abril de 1897 se informaba a través de la prensa (El Censor) que: “Desde la fecha quedan al servicio público los buzones recién instalados, los cuales se revisarán conjuntamente con el del Puerto a las 9 AM, a la 1 PM y a las 8 PM. L Rodríguez, Jefe de la Oficina”.

El hombre detrás de la conservación del buzón

Humberto Brumatti, un apasionado del servicio de correos, llegó a Gualeguaychú en 1968 como telegrafista, luego fue encargado y finalmente jefe de Correos durante 8 años hasta su jubilación. Ha dedicado gran parte de su vida a historiar y cuidar la permanencia del histórico buzón. Tan es así, que en 1991 logró que el Concejo Deliberante, en su sesión del 19 de junio, sancionara la ordenanza 9515/91 que declara al buzón de 25 de Mayo y Rocamora “Patrimonio histórico cultural de la ciudad de Gualeguaychú”.

En septiembre de 1997, Humberto Brumatti publicó en el suplemento cultural de este medio una nota rescatando la historia del entonces centenario buzón, dedicada a la memoria de Floreal y Homero Crespo. Ellos eran propietarios del viejo “Bazar Alemán” y “guardianes” celosos del buzón, al que mantenían a fuerza de afecto. Podría decirse que era una postal urbana clásica, verlos acodados sobre el pilar de hierro rojo en reunión casual de amigos.

Brumatti aseguró que el buzón funcionó hasta 1991, año en que se ordenó su retiro debido al auge de otras vías de comunicación y a que el sello postal tenía un costo fluctuante. En el momento de esplendor, el movimiento del Correo en Gualeguaychú recibía dos servicios diarios de Aerolíneas de cartas y encomiendas. 

Luego en 2014, un grupo de vecinos que se denominó “Amigos del Buzón” rescataron del olvido el buzón de calles 25 de mayo y Rocamora, y colocaron un cartel para que no se fijaran carteles sobre él, al mismo tiempo que le colocaron un candado para que no se deposite basura en su interior. En la actualidad, el Municipio lleva a cabo su revalorización. 

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