En la Catedral de Gualeguaychú, en algún lugar bajo tierra, se encuentra una caja con diversos objetos. Fue escondida por los vecinos al momento de colocarse la piedra fundacional, el 30 de mayo de 1863 ante la mirada del mismísimo General Urquiza. Entonces, ¿hay un tesoro enterrado? Mauricio Landra, decano de la Facultad de Derecho Canónico de la UCA, quien estuvo a cargo de la Catedral entre 2008 y 2014, cuenta algunos detalles sobre este misterio.
¿Es un misterio lo que algunos denominan tesoro enterrado en la Catedral?
Ni una cosa ni la otra. Lo que consta en los archivos parroquiales y que fuera publicado en los diarios de la época es el acto de colocación de la piedra fundamental del templo de la parroquia San José (hoy Catedral). Este acontecimiento además ha sido estudiado por diversos historiadores y periodistas con el fin de presentar la historia de la ciudad y de la Iglesia entrerriana.
¿Es algo común que se haga en la apertura de un templo de estas características o fue idea del General Urquiza o los sacerdotes arribados a la comarca?
Era común y lo sigue siendo colocar en inauguraciones o en aniversarios importantes lo que se denomina piedra fundamental. En 1863 ocurrió esto, colocaron una caja con objetos representativos, no por su valor económico, sino histórico, cultural y religioso, a modo de gratitud y compromiso. Hoy en día, cuando se encuentra una caja así, se la retira del lugar para su exposición y se coloca en reemplazo otra con signos del presente. Lo que algunos llaman una cápsula del tiempo. Pensemos que alguien la encuentre dentro de 100 o más años.
¿Cómo reaccionó el pueblo al hecho de guardar en una bóveda elementos costosos, cartas y otros objetos?
El de ese momento muy bien ya que estuvo presente la sociedad entera. Por ejemplo, hay un almanaque depositado por los albañiles y arquitectos a cargo de la construcción del templo. Por eso el valor no es material sino espiritual del contenido de esa caja o piedra fundamental.
¿Se sabe a ciencia cierta dónde puede estar enterrado? ¿Existe la decisión de indagar más por parte de la autoridad eclesial?
Sólo se describe que fue colocado donde sería luego el altar mayor. Cabe aclarar que ese altar sería hoy el retablo mayor del templo. Pero no hay una ubicación exacta. Siempre es posible buscar esa caja, pero aclaremos que es un tesoro de fe, no tiene valor económico o monetario. Si alguna vez se encara una obra que incluya levantar todo el piso del templo, lo cual está proyectado, ya que es sólo una capa de arena y ladrillo compactado, que el paso del tiempo viene deteriorando, podrá ser posible utilizar equipo especial para ubicar lo que pueda estar bajo tierra. Es bueno aclarar que debajo del piso, además, está el antiguo sistema de iluminación a gas que tenía el templo. Pero todas son obras que deberán pensarse con el costo respectivo y para eso hace falta el mismo esfuerzo y generosidad de los que lo construyeron.
La emoción y solemnidad impactó a todos…
Sí, grandes fueron los regocijos públicos a que se entregó la población para solemnizar el acontecimiento, como que celebraban el principio de una realidad, cuya alma fue sin duda el Cura Martínez, quedando su nombre ligado a la construcción de este templo. Si bien no pudo terminar la obra como lo deseaba, si esta se suspendió, fue por causas completamente ajenas a su voluntad. En tanto, esa noche del 30 de mayo, y con el objeto de seguir recaudando fondos para el templo se llevó a cabo un baile en el Teatro 1º de Mayo, primera sede del Club Recreo Argentino, frente a la plaza, reuniéndose muchos de los que se citan en el acta, además de las familias gualeguaychuenses.
Una jornada especial
Reproducimos una parte del libro de Landra sobre los sacerdotes Pastores según el corazón de Dios El ministerio sacerdotal en la Parroquia San José de Gualeguaychú (1766-1905): “… La obra comenzó en la mañana del 26 de marzo de 1863. La colocación de la piedra fundamental del templo tuvo lugar el domingo 30 de mayo, no habiéndose realizado el día 1º del mismo mes como se tenía pensado, porque el General Urquiza no podía concurrir en esa fecha. Probablemente debido a los festejos por el aniversario del pronunciamiento. Según las crónicas, el día 30 a las 11 de la mañana, se procedió a la solemne ceremonia, con la bendición de la bandera del batallón de Guardia Nacional y luego pasaron al sitio donde iba a colocarse la piedra fundamental. El Cura Martínez facultado por la autoridad eclesiástica, ofició con el ceremonial de práctica en presencia de un inmenso concurso. Se pronunciaron en el acto varios discursos y se entonó el Te Deum en acción de gracias, predicando el delegado Ereño. Así era el acta que se labraba y depositaba en la piedra fundamental: ‘En esta ciudad del San José de Gualeguaychú, cabeza del departamento del mismo nombre, a los treinta días del mes de mayo de mil ochocientos sesenta y tres, siendo Gobernador Constitucional de esta Provincia el Exmo. Señor Capitán General de las fuerzas de mar y tierra de Confederación Argentina D. Justo José de Urquiza, Presidente el Brigadier General D. Bartolomé Mitre y Sumo Pontífice en el orbe cristiano S. S. Pío IX y cura párroco de esta ciudad el presbítero D. Vicente Martínez, presidente de la comisión el mismo cura de esta ciudad (…) Yo, el cura Vicario de esta parroquia D. Vicente Martínez, con el objeto de practicar la colocación y bendición de la piedra fundamental el altar mayor del nuevo templo que se está construyendo en esta ciudad…’”.
Lista de lo donado: Lo que está entrerrado en la Catedral
Según datos de la época, ésta es la lista de los objetos colocados por los vecinos de Gualeguaychú en la piedra fundamental del Templo San José, el 30 de mayo de 1863.
• El Sr. Ministro de Gobierno Don José Domínguez: un medallón de cobre de la Unión Nacional de 1860 y el retrato del Sr. Gobernador Justo José de Urquiza.
• El Jefe político Don Reinaldo Villar: un medallón e plata de la Unión Nacional de 1860.
• El Delegado Eclesiástico Don Domingo Ereño: un relicario de Jerusalén.
• El Cura de Gualeguay, Don Félix Torres: una moneda de plata con la siguiente inscripción, «Al gran general Andrés Santa Cruz Presidente de Bolivia» y don monedas de oro norteamericanas.
• El Juez de Paz Don Restituto Fernández, un patacón de plata y dos monedas de plata portuguesas.
• El Juez de Paz de 2º sección Don Juan Haedo, una moneda de cobre de 1811, una de oro de 1833 y una de plata de La Rioja.
• El Administrador de Rentas Nacionales, Don Pedro J. Haedo, varias monedas de plata antiguas.
• El Secretario de la Comisión del Templo, Don Vicente Martínez Fonte, una moneda de cobre de 1736.
• El Secretario de la Comisión del Templo Don José G. Haedo, una moneda de plata.
• Benito Méndez Casariego, un discurso del canónigo Piñero.
• Benito Frutos, un peso de plata de 1724.
• El General D. Manuel Basavilbaso, un medallón de plata de la jura de la Constitución Nacional el 9 de julio de 1853.
• Doña Rosa A. de Palavecino, una medalla de honor de 1839, un anillo de oro, un par de aros de oro y una medalla de plata.
• Don José N. Puccio, dos monedas de plata, una española y otra francesa.
• Vicente Álvarez, dos monedas de cobre; una francesa y otra rusa de dos siglos atrás y una piedra imán.
• Antonio Álvarez, una moneda de plata inglesa de 1761.
• Juan Oxandaburu, un patacón de plata español de Carlos IV de 1807 y otro de Felipe V de 1724.
• Flora María de Oliver, una moneda de oro mexicana.
• Alejandro Ramallo, una moneda de plata nacional y una moneda de plata de Felipe V, Rey de España de 1724.
• Gabriel J. Oliver, una moneda de Gran Bretaña y otra española.
• Nicostra B. de Domínguez, el retrato del Sr. Cura Párroco y el busto de Pío IX.
• Narciso Gómez, una moneda de cobre árabe, una de Buenos Aires y una turca.
• Manuel Magnasco, una moneda de oro española y una de plata.
• Martín Jorge Haliburton, dos monedas de plata española.
• Antonio Laser, medio patacón argentino.
• Marino Echazarreta, dos monedas de plata.
• Francisco Ponccini, un almanaque con el nombre de todos los obreros.
• Agustín Rojas, dos monedas de plata. • Ángel Plaza Montero, una moneda boliviana.
• Justo de Urquiza (h), una medalla de plata conmemorando la Unión Nacional.
• José María Montandón, una moneda paraguaya de cobre.
• Sagastume, una nota del Congreso Nacional al Constituyente.
• Juan Casacuberta, un retrato del excelentísimo Presidente de la Nación Bartolomé Mitre.
• Juan Cinto, una medalla de la jura de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires.
• Bartolomé Cánepa, una moneda de oro y otra de plata.
• Enrique Sapangenberg, dos monedas de plata, una de 1766 austríaca del tiempo de María Teresa y otra de Baviera de 1774.
• Victorio Doello, dos monedas de plata, una española.
• Petrona Carcaño, una moneda de plata. • Los hermanos Pablo y Zenón Duarte, un patacón de oro.
• Petrona Delmonte, dos monedas de plata.
Rubén Skubij