Aplausos emoji, la nueva forma de vivir un recital

La entrada principal sobre la calle Urquiza sigue estando cerrada; y de todos los empleados que solían trabajar en cada función, quedaron solo dos. Ya no hace falta guiar a los espectadores hasta la fila correspondiente de su butaca, ni controlar que nadie ingiera alimentos o bebidas en la sala, ni cobrar la entrada, ni solicitarle al público que apague sus celulares.
La enorme sala está vacía, pero desde sus casas hay unas doscientas personas esperando que empiece la función. El flyer, que se difundió por redes sociales, decía que a partir de las 21.30, el cantautor de música popular Damián Lemes presentaría su cuarto disco solista, llamado “¡Guarango!”, a través de un canal de YouTube.

La invitación también advertía que durante la transmisión iba a aparecer en pantalla un código QR para que cada espectador realice un aporte económico voluntario reemplazando lo que sería la entrada al recital.
No hubo venta de entradas anticipadas ni reservas. La presencia de público era una incógnita, y su permanencia, otra, porque con tan solo un clic, cualquiera podía retirarse sin ser visto.

Las nuevas reglas
Alejandra Spoturno, encargada de la administración del Teatro Gualeguaychú, contó a que el de Damián Lemes fue el primer streaming del año pero que octubre y noviembre de 2020 fueron los meses más fuertes, durante los cuales se realizaron 15 streamings y otras tantas grabaciones de videos de bandas musicales y de academias de danza.

Hasta hace una semana, el ingreso de público estaba permitido siempre y cuando se respetara el protocolo que entre otras cosas, establecía que hubiera tres butacas libres cada dos ocupadas, el uso constante de tapaboca y ciertas reglas de circulación, sin embargo, no se llegó a implementar, dado que los casos de coronavirus aumentaron considerablemente en la ciudad y el intendente Martín Piaggio le solicitó al gobernador Gustavo Bordet que redujera a 10 el máximo permitido de personas en una reunión social y familiar. El protocolo quedó en stand by hasta tanto la situación epidemiológica mejore.

Así las cosas, para la presentación del disco “¡Guarango!” solo pudieron ingresar al teatro 10 personas: el músico, un fotógrafo, un sonidista, tres camarógrafos, un director de cámaras, los dos empleados del Teatro y esta cronista. Todos debieron higienizarse las suelas del calzado con lavandina, colocarse alcohol en las manos y firmar una declaración jurada; y al completarse una hora y media de permanencia, retirarse del lugar para que sea ventilado y sanitizado.

El recital
El espectáculo comenzó con la imagen del músico caminando por el pasillo principal de la sala vacía. Desde ese sector que en otro contexto estaría lleno de gente, subió al escenario, tomó la guitarra y se sentó en una silla de espaldas a las butacas, es decir: con la sala y sus palcos iluminados como escenografía.

Quise hacerlo así para mostrar lo que ve el artista desde el escenario, mostrar la sala que es de las más importantes de Entre Ríos”, manifestó Damián Lemes, y contó que de entre todas las situaciones a las que tuvo que adaptarse como artista ante este contexto, la principal fue la de “delegar totalmente todo lo que no tenga que ver con el hecho artístico, a una empresa con experiencia en streaming de bandas” y agregó que “terminar de cantar una canción y no escuchar los aplausos es desconcertante, porque uno se reconforta con el aplauso sonoro, verdadero, no virtual… el aplauso le da humanidad. Era todo técnico, desde mi lugar solo veía monitores dados vueltas, cámaras y sonidistas”.

Los aplausos estuvieron y fueron cientos, pero no se oyeron, apenas pudieron verse en los comentarios que los espectadores ponían en el chat en vivo del canal de YouTube por donde se transmitió el recital. Además del público local que sin pandemia hubiera estado presente en la sala, se sumó gente de otras localidades de la provincia, también de Buenos Aires, Paysandú, Montevideo, Fray Bentos, Río de Janeiro. Hubo familias siguiendo el concierto desde una casa ubicada en el campo, otras alrededor del fuego y una pareja lo miró a la vera del río Paranacito, protegiéndose del frío de la noche con un poncho.

Las cuestiones técnicas
Nido Media nació de la necesidad de trabajar que tuvo, ante el avance del coronavirus en el mundo y por ende el cese de todo tipo de fiestas y congresos, un grupo de jóvenes que se dedican a las producciones audiovisuales.

Somos todos del palo audiovisual y los primeros meses de pandemia estuvimos sin trabajo. Al principio hicimos programas desde nuestras casas y después se nos ocurrió hacerlo de manera más profesional, hacer recitales en vivo, entonces nos compramos un switcher para conectar varias cámaras y eso nos permite hacer recitales y otras cosas”, detalló Santiago Burgos, quien tuvo a cargo la dirección de cámaras en la transmisión de la presentación del disco de Damián Lemes.

Al ser consultado sobre las repercusiones que ha tenido este tipo de contenido, la respuesta del público, señaló que “han sido buenísimas, estamos contentos por poder llevarle contenido a la gente que está en sus casas y por nosotros vivir la adrenalina de estas transmisiones en vivo. Encontramos en el impedimento de la pandemia algo que nos encanta y nos propone un desafío”.


Fotos: Rodrigo Atanes

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