Fundado el 15 de noviembre de 1966, el cuartel de Bomberos Voluntarios de Gualeguaychú, cumplió 55 años de servicio. Fue el primero de la provincia y el centésimo cuadragésimo segundo del país. Durante los primeros años de la década del ’60 sucedieron una serie de incendios en Gualeguaychú que hicieron dar cuenta de la necesidad de contar con un cuartel de bomberos capaz de responder a estas emergencias, entre esos incendios, se recuerda el de la Confitería Apolo, el de los escritorios de la firma Sauan y de la Zapatería Tonsa. Este último fue determinante para que el Centro de Defensa comercial e Industrial de Gualeguaychú convocara a las primeras reuniones para crear un cuerpo de bomberos voluntarios. Así fue que esta institución creó una comisión promotora que finalmente, luego de haber tomado contacto con otras instituciones afines, dio lugar a la asamblea constitutiva del cuerpo de bomberos. El primer presidente de la fue Milcíades Zuluaga.
Para ese entonces, en el país había 141 cuarteles. El primero de todos había sido fundado el 2 de junio de 1884 en el barrio porteño de la Boca.
Los primeros pasos
El primer cuartel de Bomberos Voluntarios de Gualeguaychú estuvo ubicado en las instalaciones de la vieja CEEA (Compañía de Electricidad del Este Argentino) que había transferido sus prestaciones a la nueva Cooperativa de Consumo de Electricidad y Afines. La llamada vieja usina, ubicada sobre la calle Pellegrini, entre San Martín y Bolívar, fue cedida en préstamo y se instaló allí el primer cuartel central.
Bajo el comando de Walter Damasco, el primer cuerpo activo estuvo integrado por Leopoldo Carrizo, Rogelio Bibel, Fernando Lanterna, Juan Antúnez, Ramón Zalazar, Ramón Ibarra, Carlos Gasparini, Juan Salva, Jorge Frutos, José M. Bertora, Ricardo Elisiri y Enrique Acosta; y el primer incendio que este grupo atendió, fue un vivienda en la zona oeste de la ciudad. Según detalló el subjefe actual del cuartel de Bomberos Voluntarios de Gualeguaychú, Nicolás Bozzani, en aquel momento los bomberos no contaban con una autobomba, por lo que concurrieron con sus vehículos particulares. La autobomba llegó al año siguiente, en junio de 1967, y aún se encuentra conservada en la institución.
Pasaban los años, y la necesidad de una casa propia fue siendo cada vez mayor. “Con este objetivo en mente, se procedió a la compra del actual inmueble en calle Maipu 176, en julio de 1970 y fue sometido a un arduo proceso de transformación que lo adecuara a su nueva tarea”, informó Bozzani.
El nuevo cuartel fue inaugurado el 13 de enero de 1973. Ese día, además del acto, se realizó una caravana con todos los móviles, que partió desde el viejo cuartel hacia la nueva casa haciendo sonar sus sirenas.
“El nuevo cuartel cambió radicalmente el accionar diario dotándolo de una nueva guardia, muy moderna para la época e instalaciones mucho más acordes a la función”, agregó Nicolás Bozzani.
Incendios, accidentes e inundaciones
Al ser consultado sobre cuáles fueron los incendios o accidentes que marcaron con más fuerza la historia de la institución, el subjefe del cuartel, manifestó que “cada emergencia que se atiende genera un aprendizaje en la institución, esto nos permite evaluar no solo el desempeño en afán de mejorar, sino también para ir adecuándonos y dando respuesta a los nuevos escenarios. Es indudable que cada generación de bomberos que ha pasado por esta institución tiene sus emergencias que han marcado un hito nuestras filas, pero siempre tratamos de conservar esta parte de nuestro folklore propio relatando de generación en generación estos hechos”.
En ese sentido, recordó el incendio de la tienda Blanco y Negro, en enero de 1978; y el incendio del supermercado El Picaflor, en noviembre de 1986; y agregó: “Algunos de ellos suponen grandes pérdidas materiales como lo fueron los incendios que afectaron a las instalaciones de dos comparsas Papelitos en 1999 y Kamarr en 2018, el incendio en La Forestal en 2015 y el del ex Frigorífico en 2016, pero otros suponen la pérdida de vidas siendo el más resonante de los últimos tiempos la lamentable perdida de una niña de tres años como consecuencia de un incendio en su vivienda”.
Bozzani también lamentó los accidentes que también han sido muchos: “En 1978 un Rambler se precipitaba desde el puente del arroyo El Sauce en la Ruta 14 en construcción, posteriormente se incendia provocando la muerte de todos sus ocupantes, un matrimonio y sus 6 hijos. En 1984, un micro se precipita al vacío desde el puente del arroyo Gualeyán, también en la Ruta 14 provocando 15 muertos y 30 heridos, este incidente determino la necesidad de contar con una unidad especial para rescates, realidad que se materializaría poco después”.
Los Bomberos Voluntarios de Gualeguaychú también han estado al servicio durante las inundaciones, realizando actividades de rescate y apoyo; así como también han colaborado con otras localidades de la provincia y del país: “La creación de la Coordinación Única de Operaciones (CUO) del consejo nacional de bomberos y de nuestra federación entrerriana, ha permitido insertarnos en las distintas unidades especiales”.
Los Bomberos y la comunidad
Bomberos es una institución que siempre ha estado en permanente vínculo con la comunidad de Gualeguaychú, participando de los eventos para los cuales ha sido requerida, ya sea como fuerza de prevención o de apoyo.
La onerosa tarea de mantener y adquirir equipamiento, el edificio y el mobiliario es llevada adelante por la comisión directiva, cuyos integrantes tienen como misión la administración político-financiera de la institución. “Como órganos trabajamos mancomunadamente para que la institución siga siendo operativa y de vanguardia, dando respuesta a todas las emergencias de la comunidad. En este sentido es remarcable el constante de apoyo de la comunidad a través de las rifas, socios, el despacho de agua y las donaciones que hacen al sostenimiento de la institución”, resaltó Bozzani.
Integrantes actuales y las primeras mujeres
Hoy son 46 los bomberos activos de los cuales 32 son varones y 12 mujeres. La primera promoción de personal femenino se incorporó en 2007 y la primera promoción estuvo compuesta por Marianela Arias, Silvia Daiana Arrúa, Norma Raquel Muñoz, Carina Beatriz Níssero, Marta Beatriz Pujol y María Julia Vega.