Proyecto Tordo Amarillo: la desafiante misión para salvar al ave emblema de Gualeguaychú

Gualeguaychú y sus alrededores forman parte de un conjunto de ricos y complejos ecosistemas compuestos por ríos, humedales, montes y pastizales. Allí, una incontable diversidad de fauna y flora convive en delicado equilibrio. Sin embargo, los mismos cambios que trae consigo la naturaleza que no permanece inmutable, sumados a los que impone la mano del hombre, han empujado a que un importante número de especies se vean amenazadas, en algunos casos de forma crítica.

Tal es la situación del tordo amarillo (xanthopsar flavus), un ave emblemática de los pastizales y humedales pampeanos cuya distribución en nuestro país supo ir desde Misiones hasta el sur de Buenos Aires y hoy encuentra sus últimos reductos en el noreste de Corrientes y en las cercanías de Gualeguaychú, principalmente sobre Costa Uruguay Sur. 

La modificación y pérdida de su hábitat, su captura para el tráfico ilegal y el parasitismo de cría por parte del tordo renegrido (molothrus bonariensis) llevaron a que la población del tordo amarillo disminuyera en un 80% en las últimas décadas. Hace algunos años (aún no hay cifras actualizadas), el número de ejemplares en Argentina se estimaba por debajo de los 1.500, mientras que, según aproximaciones de BirdLife International,  quedarían tan sólo 7.000 en todo el mundo.

Afortunadamente, un grupo de entusiastas, especialistas en conservación, ONGs y organismos de gobierno trabajan de manera conjunta en nuestra ciudad para proteger a esta especie nombrada Monumento Natural de Entre Ríos (Ley Nº 11.078) y considerada como el “Ave de Gualeguaychú” desde 2008 por declaración del Concejo Deliberante. 

Para conocer al detalle dichos esfuerzos de preservación, Ahora ElDía conversó con la bióloga conservacionista Florencia Pucheta y el técnico de campo Maximiliano Minuet, integrantes del equipo de trabajo de Aves Argentinas abocado al Proyecto Tordo Amarillo, una iniciativa que llevan adelante desde 2015 junto a una red de organizaciones y entidades.


“Nos encontramos trabajando en Gualeguaychú junto al Centro de Ecología Aplicada del Litoral y una red de colaboración entre distintos organismos e instituciones para conocer la situación actual de la especie en la provincia y tratar de proteger sus poblaciones reproductivas. Varias instituciones colaboran para hacer esto posible: ONGs como la Fundación Azara, Aves Gualeguaychú, la Dirección de Recursos Naturales, entre otras”, indicó Pucheta y explicó que “el tordo amarillo es una especie de pastizal que históricamente utilizaba bañados para reproducirse, pero el avance e intensificación de la actividad productiva llevó a la pérdida de estos ambientes, por lo que actualmente nidifica en ambientes intervenidos, lo cual exacerba otras problemáticas como que exista una mayor tasa de depredación o de parasitismo por la cría del tordo renegrido”.

Luego, la especialista en conservación y coordinadora del proyecto describió las principales acciones que implementan en la zona. “Por un lado, realizamos un seguimiento de las poblaciones para conocer sus principales amenazas; y por otro, protegemos los nidos de potenciales peligros como la depredación, el pisoteo vacuno o el desmalezado. Para evitar la depredación, por ejemplo, utilizamos unos dispositivos que rodean los nidos y frenan el acceso de zorros, aves rapaces, culebras u otros animales, a fin de que los pichones logren salir exitosamente del nido”. 

La técnica implementada se conoce como “Guardianes de Colonia”, y replica el modelo utilizado en la Patagonia para el Proyecto Macá Tobiano: un grupo de técnicos y voluntarios monitorean y protegen las colonias de sol a sol, convirtiéndose en custodios de los pocos pichones que logran nacer año tras año. 

“Durante la época reproductiva de la especie, los guardianes nos instalamos en campamentos cercanos a las colonias y hacemos un seguimiento de los nidos; estudiamos la vegetación y el comportamiento de los tordos, de sus huevos y sus pichones; los medimos, anillamos y les tomamos muestras de sangre para después hacer estudios genéticos”, resumió Pucheta.

Por su parte, Minuet aportó más detalles sobre este comprometido trabajo de campo: “Una vez que encontramos los sitios reproductivos del tordo amarillo analizamos su comportamiento, de esta forma sabemos si están territoriales, si recién están empezando a hacer su nido o si ya están instalados. Una vez identificados los nidos, pesamos y medimos los huevos, y diferenciamos si hay o no huevos de tordo renegrido. El principal problema para el tordo amarillo en Entre Ríos es que el tordo renegrido implementa la estrategia de parasitismo: es decir, pica los huevos del tordo amarillo y pone los suyos. Manejamos eso con extremo cuidado para que no abandonen los nidos. Después, a medida que nacen los pichones, les medimos el tarso, observamos si hay alguna anomalía, los pesamos, y cuando tienen 8 o 9 días los anillamos”.

Para garantizarse el éxito, los investigadores acampan in situ y dedican largas jornadas a sus minuciosas tareas. “En este momento tenemos mucho trabajo, estamos con 31 nidos, por lo que nos resulta más cómodo quedarnos al lado de la colonia. La dinámica de campamento consiste en arrancar a las 5 de la mañana, desayunar y salir al campo. La búsqueda de nidos nunca cesa, ya que algunos quizá no estaban viables en un inicio y luego sí, o cuando unos terminan otros recién están arrancando. Ahora tenemos pichones nacidos, a los que les queda poco y nada para abandonar el nido, y también tordos que recién terminaron de armarlo y están poniendo sus huevos”, contó el técnico de campo, quien a su vez destacó la participación de varios voluntarios que con gran entusiasmo y curiosidad suman sus manos a este proyecto.

Distintos actores, un mismo objetivo

Pucheta y Minuet remarcaron que “además del trabajo de los ‘Guardianes de Colonias’, en Gualeguaychú hay varias instituciones comprometidas con la conservación del tordo amarillo. ONGs locales como Aves Gualeguaychú y las personas de la Reserva El Potrero, son algunos actores involucrados desde comienzos de 2015, cuando inició este proyecto. Ellos realizan actividades durante todo el año, nosotros nos enfocamos en particular en la época reproductiva del tordo”. 
Por otra parte, en un gesto de apoyo a esta misión proteccionista, la Municipalidad de Gualeguaychú firmó en el mes de octubre un convenio con Aves Argentinas a fin de implementar un plan integral de conservación enfocado en la protección y restauración de los hábitats naturales del tordo amarillo, el monitoreo de su población y la elaboración de un plan de acción con respaldo científico. La organización -que está en todo el país y cuenta con más de 100 años de trayectoria- se compromete a brindar apoyo técnico y científico para elaborar planes de manejo y ejecutar proyectos en las áreas protegidas del municipio, a fin de reforzar las acciones de conservación de la biodiversidad.

Esta alianza se da poco después de que el Concejo Deliberante oficialice la creación del Sistema de Áreas Naturales Protegidas, el cual entre sus objetivos se propone: “Conservar muestras de la totalidad de los ambientes naturales, terrestres y acuáticos, y especies del Municipio de Gualeguaychú; conservar el patrimonio natural y cultural; bregar por la restauración de los ambientes que requieran de un manejo que permita el mantenimiento o mejora de la estructura, composición y/o función del ecosistema; dotarlas de infraestructura, equipamiento y recursos humanos necesarios que permitan la conservación, la restauración y la investigación científica de los ecosistemas y sus componentes y el desarrollo de actividades educativas ambientales; promover los valores y principios de la conservación de la naturaleza; promover el ecoturismo; mantener la diversidad biológica, genética, los procesos ecológicos y evolutivos naturales; mejorar la calidad de vida de los habitantes al mantener el ambiente sano, entre otros”.

Fuente: Matías Daniel Venditti (Ahora ElDía)

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