Fernando Piciana ha escrito más de 10 libros, 13 concretamente; pero en ninguno de ellos figura como autor. Ha sido siempre (hasta ahora) un ghostwriter, una escritor fantasma. Con Random finalmente da la cara, mostrándose además como fotógrafo.
“Siempre me llamaron la atención los pensamientos aleatorios, esas reflexiones que hacemos con nosotros mismos sobre un sinfín de cuestiones que pueden estar relacionadas o no. Su ciclo de vida, también es interesante, porque algunos pueden durar segundos o menos, mientras que otros pueden estar dando vueltas en la cabeza durante mucho tiempo de manera recurrente”, dice Piciana para explicar el motivo de su libro cuya génesis no es más que la pregunta trivial “en qué estás pensando”.
Cada pensamiento es un microrrelato. Algunos son ficcionales, otros están basados en hechos concretos, pero todos tienen el desordenado orden para que mantengan una estructura literaria.
¿Qué fue primero, la foto o el texto?
Ramdom llama la atención de entrada. Es un cuadrilátero regular que, como indica el fotógrafo Gerardo Regos Abecasis, “implica una estructura ordenada”. Su nombre remite, entre otras cosas, a la manera aleatoria de escuchar música. Sobre todo hoy, a través de las plataformas digitales. Y si nos detenemos a observar las ilustraciones de la tapa también hay detalles musicales como el de un translúcido y espectral esqueleto haciendo sonar un añafil (o algo parecido), la mitad de un casete, un pentagrama… Sin embargo, la cabeza de un rinoceronte y unos cálculos matemáticos escritos a mano nos hacen dejar a un lado el preconcepto de que pueda llegar a tratarse de un libro sobre música.
En su interior hay muchísimas fotos en blanco y negro. A la mayoría le corresponde un relato. Pero hay otras que invitan al lector a liberar su propio pensamiento random.
“A decir verdad, no sé qué fue lo que brotó primero: si los textos o las imágenes, o todo al mismo tiempo. En realidad, ya venía haciendo fotos en blanco y negro con una búsqueda, un norte, una estética particular a través de distintas técnicas que me permitieran mostrar la polisemia de cada momento capturado. El resto se fue dando de manera natural y cada imagen se fue acoplando a un texto en particular”, explica el autor.
Una manera punk de romper con el encierro
Las crisis tienen eso. Hacen que la humanidad muestre su mejor y su peor versión. Hay muchos que, durante y tras la Pandemia, han demostrado tener la virtud que destaca Cerati, de sacar belleza del caos. Fernando Piciana es uno de ellos.
Cuanta que por profesión, suele escribir a diario, pero “el proceso creativo de Random fue una experiencia maravillosa, motorizado sin dudas por la Pandemia. Durante esos años oscuros, cuando todos sentimos, al menos un poco, que nos podíamos morir, esa pulsión en mí hizo que me ponga frente a la computadora y no parara de llenar páginas y páginas con historias, recuerdos, reflexiones…”
“Fue mi manera punk de romper con el encierro, interior y exterior. Andá a saber el porqué, pero escribí cientos de documentos sobre los temas más variados que te puedas imaginar: desde relatos históricos; reseñas de recitales a los que fui, de discos que tengo y de libros que leí; biografías de bandas y escritores; ensayos sobre el under y la contracultura de los ochenta; cuentos de terror… Entre todos esos textos, mientras los escribía, empezaron a aparecer los pensamientos aleatorios continuamente. Me dije: acá hay algo, les di forma y acá estamos”.
En “Random” se pueden encontrar retazos de la adolescencia del autor, de su porteñidad y de las largas noches que vivió en una Buenos Aires explosiva en materia cultural y contracultural.
El destino lo llevó a ser testigo de un periodo único, irrepetible y efímero, entre la transición democrática y hasta finales de la década y comienzo de la otra. “Fue la continuidad de un pasado inmediato que consideraba ilegítima la reunión de más de dos personas. Se respiraba libertad en el sentido más amplio de la palabra: había bares, pequeñas salas de teatro, galpones y sótanos donde tocaban bandas, discotecas, espacios de sociabilidad y experimentación artística”, recuerda, y esos recuerdos son parte de “Random” mezclados con temas tan universales como el amor, el desamor, la amistad, la pasión, el arte, los vicios, la vida, la muerte, la angustia, la esperanza y los sueños.
El primero y también el decimocuarto
Sabemos que si bien Random es el primer libro en el que Fernando Piciana figura como autor, no es el primero que ha escrito. Y a pesar de que hay mucho de confidencialidad en torno al trabajo de los escritores fantasmas, algo de su experiencia ha podido compartir: “Fue una experiencia muy constructiva que lleva un trabajo enorme de investigación y vínculo: horas y horas de charlas y convivencia con cada uno de ellos para conocer en profundidad qué sienten y piensan, de qué forma se expresan, cuál es su vocabulario… Antes de ponerse frente al blanco del papel, es necesario establecer una relación que, por momentos, borra los límites de la solemnidad del trabajo en sí y comienza a transformarse en algo parecido a una amistad. El periodismo me ayudó mucho para sortear obstáculos. Lo disfruté tanto como lo padecí porque la frustración aparece a cada momento ya que no es fácil interpretar lo que otro tiene para decir y de la forma en que lo quiere decir. El primero fue terrible, pero después con los que le siguieron la cosa fue más amena. Es un trabajo que requiere disciplina y mucha concentración”.
Sabina Melchiori