Los museos celebran su día con preguntas sobre su futuro

Bajo el lema “Museos por la Igualdad: diversidad e inclusión”, se celebra el Día Internacional de los Museos en un contexto de crisis sanitaria y con las actividades suspendidas por el aislamiento social, lo que genera cuestionamientos y reflexiones profundas acerca de los roles presentes y futuros de estos espacios, según analizan los especialistas Andrés Duprat, Américo Castilla y María José Herrera.

La parálisis actual generada por las restricciones para atenuar el avance del coronavirus ha  sembrado de incertidumbre la tradicional celebración de los museos y han instalado un escenario de replanteos que van desde poner en marcha una programación alternativa con base en la virtualidad hasta repensar las condiciones de exhibición a largo plazo.

“La pandemia ha hecho que los museos cierren al público. A partir de allí estas instituciones han redoblado esfuerzos a través de las redes para acceder a colecciones y múltiples formas de participación a distancia. Pero ninguna de estas herramientas sustituye la visita física a un museo y todo lo que ello implica, como recorrer un edificio, perderse en sus galerías, en sus laberintos, demorarse frente a algunas obras, y sorprenderse con nuevos hallazgos”, destaca el director del Museo Nacional de Bellas Artes, Andrés Duprat.

En ese sentido, la docente y curadora María José Herrera sostiene que “si algo que tiene el museo como institución es la posibilidad de tener contacto directo con los objetos. Esa posibilidad para la educación es fundamental, al igual que la contemplación y el deleite del público. Esto no reemplaza a cualquier otro tipo de instrumento virtual que pueda utilizarse para complementar esa experiencia”.

Ante la posibilidad de que la pandemia haya acelerado un proceso de transformación que ya estaba en marcha (el pasaje de una era industrial a una digital), el presidente y fundador de la Fundación TyPA, Américo Castilla, considera que “la era digital por sí no represente un cambio de paradigma para los museos. Durante la pandemia presenciamos el caos del intento de reemplazar la enseñanza presencial escolar por medios digitales”.

Por otro lado, Herrera dice que “la transformación de los museos tiene que ver en cómo comunican sus contenidos y ofrecen una mayor accesibilidad, y este es el punto de la actualidad. No hay un público sino diversos públicos con diversas necesidades, con diversas competencias de lectura, que pueden leer los objetos en exposición de determinada manera. El desafío de todo museo es tratar de llegar de distintas maneras a la mayor cantidad de público posible”.

“Así era antes de la pandemia, ahora y también para futuro. Esa es la transformación, el ser más abierto en términos de compartir los conocimientos y ofrecer espacios de sociabilidad en los cuales uno se sienta cómodo, confortable y no intimidado”, analiza la investigadora y docente de la carrera de Gestión Cultural de la Untref.

“Entre la materialidad y la virtualidad, entre el objeto y lo digital, la presencia física sin duda es una gran ventaja, no solo por el ‘aura’, si es que la hay, de las obras de arte sino también por la experiencia colectiva que genera. Muchos museos se han esforzado por mostrar sus colecciones online. No está mal, pero no la reemplazan -afirma Castilla-. Las exposiciones cuando están bien realizadas presentan una serie de enigmas a dilucidar donde las piezas o los artefactos son sus atractivos componentes. Esa narrativa, como en la literatura o las artes escénicas, invita a la participación del visitante”.

Herrera coincide en este punto al afirmar que “nada reemplaza a la presencia” porque “la forma en que uno recorre la puesta en escena que preparó el curador, los contenidos que están en textos en las paredes, todo tiene una forma virtual de ser expresada, pero absolutamente nada, reemplaza a la persona física frente a esos objetos”.

En ese mismo sentido, Duprat dice que “lo virtual nunca sustituirá a la experiencia vivencial. Ni en relación con los museos, ni en el turismo y menos aún en las relaciones humanas. Paradójicamente, lo virtual funciona como promotor o promesa del encuentro real. Estamos bombardeados de imágenes reproducidas al infinito. Pienso por ejemplo en La Gioconda, sin embargo, esa proliferación desmesurada no hizo sino generar mayor interés en observar de primera mano el original”.

“Esta pandemia no es la primera y no será la última. Gradualmente la situación se irá normalizando y los museos volverán a funcionar, seguramente con nuevas prácticas, cuidados y protocolos. Ocupando el lugar de relevancia que tiene en la sociedad contemporánea en tanto espacio de conocimiento, intercambio, estudio, esparcimiento e ícono identitario, arquitectónico y urbano”, subraya el director del Bellas Artes.

El Consejo Internacional de Museos (ICOM), creado en 1946, instituyó en 1977 que se celebre cada 18 de mayo el Día Internacional de los Museos como jornada mundial para “concientizar sobre la importancia de los museos para el intercambio y el enriquecimiento cultural”.

A partir de la noción de museo y el rol social de estos espacios, Castilla explica que “si bien existe una gama de museos que va de los pequeños regionales a las franquicias internacionales (el Guggenheim, el Louvre), predomina en el imaginario el paradigma opulento, el de los negocios y la rentabilidad financiera: arquitectura impactante que emulan a los shoppings, que tientan al consumo, con exposiciones convocantes asociadas al consumo masivo y al éxito de la vidriera internacional. Esto quedó demostrado en la votación del 70,4% de los museos miembros de ICOM que se negaron a considerar una definición de museo de mayor amplitud social manteniendo en su redacción la palabra ‘desarrollo’, que ha servido como excusa para las formas más sofisticadas de inequidad. Si se le diera la palabra al 30% restante en el marco de una nueva reunión del comité surgirían nuevos modelos de museos”.


Marina Sepúlveda
Télam

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