Las técnicas de relajación y de meditación son muy populares, pero no todas se centran en trabajar los mismos aspectos. El mindfulness se asienta con fuerza como disciplina que nos permite vivir centrados en el presente, en el día a día, para poder aceptar la realidad.
Este método ayuda a concentrarnos y evitar que nuestra mente divague a momentos o pensamientos del pasado que, a veces, no nos dejan avanzar y, además, consiste en no centrar nuestros días en pensamientos para el futuro.
La filosofía de esta técnica defiende que solamente de este modo estaremos preparados para responder de manera eficaz a situaciones reales del presente como despidos, enfermedades, rupturas, pérdidas, etcétera.
La meditación es la manera más extendida de practicar el mindfulness: mente en blanco concentrándonos solo en sonidos, en la propia respiración y en sensaciones para dejar que nuestros pensamientos fluyan dejándolos pasar de largo sin centrarnos en ninguno de ellos. Seguí estos cinco pasos:
1. Fijar una hora al día para dedicarla a mindfulness: 30 minutos serán más que suficientes, aunque al principio puede que sea más pesado o lento, es cuestión de práctica. El mejor momento es a primera hora de la mañana. Es importante estar bien despierto y tener todos los sentidos 100% activados. Hay que ser paciente con la evolución de la experiencia de mindfulness, lo mismo que con cada instante, aun cuando resulte incómodo y sea necesario pasar al siguiente. Hay que ser paciente con la naturaleza errática de la mente.
2. Buscar un sitio que sea cómodo: Solo se necesita un almohadón sobre el que sentarte y bajo una postura erguida con las palmas de las manos juntas, empezar a respirar tranquilamente dejando que los pensamientos fluyan, que entren y salgan de la mente sin detenerte en ninguno. Centrarse únicamente en el presente instantáneo, aceptar solo lo que se siente, sin juzgar. Es importante hacer mindfulness varias veces al día de forma diferente, lo único que se necesita es ser plenamente consciente del momento. Escuchar en silencio, con total atención y sin interrumpir.
3. Hablar con uno mismo sinceramente: Se suele escuchar a los demás, pero no a uno. Repetirse varias veces al día: “Preocupate por lo demás, pero también pensá en vos”. Si te sentís extraño haciéndolo, podés escribirlo en un cuaderno.
4. Concentrarse en la respiración. Cualquier mala situación se puede controlar con un minuto de respiración profunda, parece magia, pero no, es mindfulness. Buscar el origen de los problemas desde dentro. Normalmente el problema nunca estuvo afuera, sino adentro. La mente suele estar secuestrada por la negatividad.
5. Ahora que teletrabajamos: Es importante levantarse de la mesa de trabajo cada 30 minutos por un minuto y moverse experimentando el placer del cuerpo al moverse. Existen estudios que señalan que tomar descansos regulares durante la jornada laboral potencian la productividad y el aumento de la creatividad.
Por último, lo más importante es no frustrarse. A veces la meditación resulta imposible para muchos. Pintar y colorear es una buena alternativa: mayor concentración y más calma.