Prevenir enfermedades con el movimiento, el rol de la kinefilaxia

La kinefilaxia se enfoca en la prevención y para eso, el profesional de la kinesiología buscará generar espacios internos en las zonas críticas donde el cuerpo está bloqueado y así permitirle a las emociones y pensamientos que se expresen de forma natural y fisiológica.

Lo ideal es trabajar en silencio, ya que el objetivo principal es lograr la unidad entre las dimensiones física, mental y emocional. El movimiento del cuerpo es utilizado para influir sobre las otras áreas y descubrir hasta qué punto se relacionan entre sí. La mente pierde protagonismo y en consecuencia, el cuerpo y las emociones se conectan.

La gimnasia kinésica trabaja con movimientos de calidad que evitan la repetición y el automatismo. Busca activar el cerebro generando nuevas conexiones neuronales con movimientos inesperados. Es una gimnasia rejuvenecedora y creativa que actúa sobre todo el sistema nervioso y, principalmente, sobre la saturación del sistema nervioso autónomo, que es el responsable de nuestros hábitos no saludables.

Se practica en cámara lenta y con suavidad, ya que el ritmo debe estar determinado por una respiración profunda, abdominal y consciente. Bostezar no solo está permitido sino que es un éxito porque significa que el cerebro estaba pidiendo oxígeno. El licenciado en Kinesiología Diego Rodríguez (MN 5655. MP 964) nos cuenta sobre esta actividad y sus beneficios.

Sentir más, pensar menos
En la vida nos preparamos para pensar. Pensar a tiempo, eficazmente y más. Sin embargo, poca atención solemos brindarle a los sentimientos y a las emociones. La kinefilaxia busca, precisamente despertar la conciencia corporal, sentir más y pensar menos, para descubrir las tensiones del cuerpo, los esfuerzos no necesarios, la dificultad para relajarse. Notar cómo respiramos y cuáles son los movimientos que se producen en nuestra postura.

“El sistema nervioso del ser humano tiene muchas funciones, los instintos o reflejos que es lo más primitivo, el poder percibir lo que sucede fuera y dentro del propio cuerpo por los sentidos y lo más evolucionado de poder pensar y analizar una respuesta consciente. Todas sus áreas son importantes y necesarias, pero el estilo de vida actual generó que se le dé mayor importancia al pensamiento que a los sentimientos, lo que me conviene lógicamente. A lo que siento que me hace bien y que tiene que ver con mis sueños, deseos o propósito en la vida. El sentir es el paso previo y el origen a pensar y actuar, y la salud se relaciona con una coherencia entre los que sentimos, pensamos y hacemos todos los días de nuestra vida”, señala Diego Rodríguez.

¿De qué nos sirve, a quienes no nos dedicamos a una actividad deportiva, tener conciencia corporal?
Ser conscientes de cómo nos sentimos, de qué calidad de pensamientos y movimientos tengo, la presencia de un malestar o dolor en nuestro cuerpo, cuándo tenemos sueño, sed o hambre real, todas ellas son consecuencia de una buena conciencia corporal. Es la base donde se construye un cuerpo disponible y sano, sin conciencia corporal y registro de cómo nos sentimos, estaremos más predispuestos a padecer dolores crónicos y enfermedades.

Si (salvo patologías congénitas) nacemos respirando bien, en conexión plena con cada parte del cuerpo que vamos descubriendo y en libertad de movimiento, ¿cuándo y por qué empiezan a bloquearse espacios?
Nacemos con un potencial enorme, y nuestra respiración es el primer regalo que nos da la vida. Respiramos para poder tener energía y si esa energía no es de calidad o está bloqueada, nuestra mejor versión o el máximo rendimiento nunca lo conoceremos. La respiración depende de muchos factores, un músculo diafragma libre, un sistema cardiovascular que distribuya el oxígeno, un sistema nervioso que consciente e inconsciente siempre la regule de manera eficiente, y un sistema límbico emocional que se encuentre educado y bien gestionado, ya que todas las emociones fisiológicas tienen efecto sobre el diafragma. Son sólo algunos ejemplos de los múltiples sistemas que deben funcionar y estimularse para que podamos decir que respiramos de forma saludable.

¿Qué pasa si no desbloqueamos esos espacios bloqueados? ¿Hasta cuándo estamos a tiempo?
Siempre estamos a tiempo de mejorar, el aprendizaje y el cambio son constantes en esta vida. Lo primero es tomar conciencia de cómo me siento, luego conocer o recuperar mi propio cuerpo para tenerlo más disponible y a partir de ahí poder moverme libremente por la vida, porque no debemos olvidarnos que vivimos lo que podemos movernos y sin movimiento nunca tendremos una buena calidad de vida.

Según tu experiencia, ¿por qué motivos las personas se demoran en tomar la decisión de cambiar sus hábitos y mejorar su calidad de vida?
La salud no es una prioridad en la mayoría de las personas hasta que la perdemos, y recién a partir de ahí hacemos lo imposible para recuperarla. Creo que priorizamos otros aspectos de nuestra vida como el trabajo, las obligaciones o ciertos mandatos sociales y familiares, y creemos que la salud es un derecho que lo tenemos garantizado y no la vamos a perder nunca. Es todo lo contrario, la salud es todo, o nada tiene importancia sin la salud y debemos hacernos cargo de nuestra salud generando hábitos de vida saludable, como ser físicamente activos, dormir y descansar lo suficiente, alimentarnos con calidad y sólo cuando tenemos hambre real, sociabilizar y compartir actividades con disfrute, y sobre todo ser conscientes de cuál es nuestro verdadero propósito en esta vida tan corta.


Sabina Melchiori

Notas relacionadas